Mediante el uso de los dispositivos termográficos se obtiene una imagen de la radiación calorífica que emite un cuerpo. Esta radiación es invisible al ojo humano y su rango en el espectro electromagnético se sitúa entre la luz visible y la radiación de microondas.
La cámara termográfica dispone de un sensor térmico llamado microbolómetro que al recibir la radiación infrarroja se calienta y cambia su resistencia eléctrica. Este cambio de resistencia se mide y se equipara a una determinada temperatura, cada temperatura tiene asignado un color y de esta forma obtenemos una imagen que veremos en los equipos y que servirá para realizar el diagnótico de la posible fuga o avería.
La no uniformidad de temperaturas suele indicar algún fallo o punto crítico como un calentamiento de componentes eléctricos defectuosos, fricciones en motores o máquinas eléctricas, desequilibrio de cargas, conexiones mal realizadas, aislamientos deficientes,
sobrecarga en circuitos eléctricos, en definitiva, alteraciones graves que pueden ocasionar perdidas y contratiempos en la producción y efectividad de su empresa.